jueves, 11 de febrero de 2010

Gradientes

Los escritores somos vanidosos.

Sólo quien tenga múltiples personalidades, y una de ellas adopte la actitud de lector que admira y otra la de autor admirado, podrá sentirse satisfecho con una escritura absolutamente solitaria, acotada a la autocontemplación. Pero eso, al fin y al cabo, también es vanidad.

Un autor escribe para ser leído, para un lector futuro e hipotético, cuyo mundo, cuyas circunstancias, pueden ser radicalmente distintas y hasta contrarias del mundo presente del escritor. Y sin embargo se encuentran, se interconectan, se solapan. Tal vez, como la materia y la antimateria, al chocar se aniquilen el uno al otro. Pero eso son cosas del futuro. En el presente de la obra, mientras la escribe, el escritor visualiza, o simplemente presiente, a otro lector. Éste es como una especie de bruma, una nube borrosa, nada que ver con el real, de carne y hueso, que en un futuro acabe pululando por nuestra obra. Cuando alguien toma un libro para su lectura, tiene ciertas expectativas, y el autor puede defraudarlas. Desde el lado contrario, el escritor también tiene ciertas "expectativas de lector" (su bruma, su hipótesis, no más que un cúmulo de números y de conjeturas)que puede cumplirse o ser decepcionada.

Porque la lectura y la escritura son dos actividades solitarias sólo si nos movemos contando con la dimensión temporal. Si la anulamos, esos dos hechos se superponen el uno al otro y se convierten en el enigma de la gallina y el huevo, ¿quién fue primero?

El lector es algo más que aquel que toma un libro para leer sus palabras. Es un concepto. La fuerza impulsora de toda literatura, el gradiente, y por tanto una figura presente en la génesis de toda obra. La Creación empieza cuando al escritor se le nubla la vista y divisa una bruma blanquinosa en el horizonte. "Ahí viene mi lector", y empieza su andadura.

Creo que la experiencia que vayamos adquiriendo con los años dará forma a nuestro lector impulsor, dejará de ser etéreo para ser corpóreo, casi tangible, de modo que cuando nuestro mundo presente y su mundo futuro se unan en un mismo plano no se aniquilen, sino que se alimenten, crezcan, y ocurra el fenómeno que nuestra vanidad y su curiosidad esperan: el placer de la lectura.

9 comentarios:

  1. Te he agregado a mi lista de favoritos, procuraré leerte de vez en cuando.
    Soy Lázaro, el del concurso de SM.


    Yo tengo un par de blogs también donde hace tiempo que no escribo, no están abiertos porque no creo que estén presentables todavía, pero lo estarán en algún momento.

    Me encantaría que te pasases entonces, cuando los abra, y eches un vistazo a ver qué te parece.

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  2. Hola Lázaro:

    Encantada de tenerte por aquí :) Siempre es una alegría tener nuevas visitas de gente que comparte inquietudes literarias. Me ha gustado lo que he leído en el blog de SM, de modo que sin ninguna duda me pasaré por tus blogs cuando estén listos. Pásate por aquí de vez en cuando si quieres, y avisa en cuanto los tengas. ¡Bienvenido!

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  3. Bueno, ¡debería haber dicho "hola Víctor"!

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  4. Amén Ikima. Son actividades solitarias y creo de veras que en el fondo el escritor es una persona vanidosa por todo lo que tú nos señalas. No obstante, me parece que excluyes la lectura de la escritura y tal y como ya las concibo la una no se puede dar sin la otra. Me explico: considero que el escritor está en constante aprendizaje y que sus fuentes de estudio son los libros o relatos de otros autores con los que ejerce de lector activo.

    ¡Puf! Creo que lo he liado más ;)

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  5. Hola Ikima. Veo que has cambiado la plantilla del blog. Me pasé en Diciembre y estaba un poco parado, además, yo tenía mucho trabajo. Me gusta este diseño.
    Te he visto comentando en el blog de Elsa Aguiar. Plantea temas muy buenos y la he añadido a mi lista de blogs.

    Con respecto a lo que planteas pienso que en cierta manera el que escribe desea ser leído, que guste esa historia que ha creado y que se sumerja en ese mundo. ¿Es vanidad? Cualquier artista lo es. También me he dado cuenta, y esto es a nivel de actriz, que mi principal motivación para subirme a un escenario es pasármelo bien, porque si no es así, el público no disfruta. Esa tiene que desde ya mi motivación para escribir; claro está, sin perder de vista qué hay en el mercado y sorprender con una historia que sea diferente. No me considero la mejor escritora del mundo y por lo tanto me gusta saber qué se publica y por qué mis novelas no llegan. Desde luego, para mí, es un oficio difícil.

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  6. Jajaja, Sechat, te explicas perfectamente. En realidad no es que excluya la lectura y la escritura en la misma persona, es decir, en la persona del escritor, sino que no he tratado el tema. Sería interesante hacer un post, o varios, de las influencias de otros escritores. Es evidente que para aprender constantemente y para evolucionar como escritora, tanto lo que deseamos ser como lo que no, debemos ejercer de lectores activos, tal y como tú comentas. Leer, leer, leer... En cierta ocasión leí los consejos de un editor que decía que había que leerlo todo, cualquier cosa, hasta los prospectos de los medicamentos (cosa que hago con frecuencia porque soy un poco hipocondríaca :) ). Nunca se sabe dónde aprenderemos algo: una expresión, un giro magistral en el argumento, una forma de dar verosimilitud a un relato fantástico...

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  7. Me abruma tanto talento, en fin, seguiré leyendo y disfrutando....quizá algún día me atreva!

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  8. ¿Que te abruma el talento? ¿A ti precisamente?

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  9. Carmen, el tiempo pasa irremediablemente, la dedicación y la constancia, la tuya y la de los que te siguen, o siguen aquí, han marcado una distancia para mi insalvable, o almenos de momento, prometo estar ahí, pendiente, observando, leyendo, y cuando crea que el largo camino se ha convertido en un trecho, lo volveré a intentar, o como bien decías, lo prometido es deuda y en deuda estoy...

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