lunes, 28 de diciembre de 2009

Mudanzas

Bueno, ya habréis comprobado que el blog tiene poca actividad últimamente. Sin embargo, literatura a la parrilla no está ni muerta ni dormida, sólo llevando a cabo un proceso de metamorfosis que todavía no se deja ver... Estoy cambiando la dirección del blog de manera que el nuevo tenga más funciones y utilidades. Vamos, un proceso de remodelación profunda, a ver si mis menguados conocimientos informáticos y la inestimable ayuda de algunos que sí los poseen me permiten llevarlo a cabo. ¡Se aceptan todo tipo de sugerencias!

martes, 22 de diciembre de 2009

Generador automático de novelas

Navegando por la red he llegado, a través de un post de Eva Paris en www.papelenblanco.com, a una cosa bastante divertida:

http://www.papelenblanco.com/creacion/generador-automatico-de-novelas-de-dan-brown

Concretamente, el enlace al sitio en cuestión es el siguiente:

http://probar.blogspot.com/?&&

Se trata de un blog que te genera una sinopsis personalizada con título incluido de una supuesta novela de Dan Brown. Lo peor (o lo mejor) de todo esto es que la mayoría de ellas podrían dar el pego perfectamente... Juzgad vosotros mismos. A mí me ha hecho mucha gracia.

jueves, 17 de diciembre de 2009

El destierro de los poetas

Según advertía Platón en La República, los poetas son elementos subversivos que dañan la estabilidad política de la sociedad. Su postura se resume en dos grandes tópicos. Por una parte, la falsedad de la imitación poética, por lo que la literatura no puede enseñar la verdad. Por otra, el poder subversivo de la misma, debido a la influencia que tiene sobre las almas.

“Y en cuanto a las pasiones sexuales y a la cólera y a cuantos apetitos hay en el alma, dolorosos o agradables, de los cuales podemos decir que acompañan a todas nuestras acciones, ¿no produce la imitación artística los mismos efectos? Pues alimenta y riega estas cosas, cuando deberían secarse, y las instituye en gobernantes de nosotros, cuando deberían obedecer para que nos volvamos mejores y más dichosos en lugar de peores y más desdichados”.

Según esto, aquellos que gustamos del arte de la palabra somos algo así como seres perversos que sólo hacemos daño a nuestro alrededor. Y a veces, en efecto, nosotros mismos así lo creemos. Por ello, Platón propone la censura y la expulsión de los poetas de la ciudad, porque las palabras siempre han sido más perseguidas que las armas. Sin embargo, no es necesario tal destierro. Los poetas ya se encargan de desterrarse a sí mismos, porque esa es su naturaleza. Parias sin patria, con el corazón en todas partes y en ninguna.

En demasiadas ocasiones son sus propias palabras las que dañan al poeta, se daña a sí mismo. Eso también forma parte de su identidad: sus ideas locas, su verlo todo desde el otro lado. El poeta siempre será un ser frágil, dispuesto a hacerse añicos al menor soplo de aire.

No es necesario el destierro. Ya se encarga siempre el poeta de ponerse un caparazón, algo que lo aísle y lo separe del mundo, y de trepar la vida en solitario. Pero treparla, al fin y al cabo.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Inspiración en la vida cotidiana

Siempre me ha gustado la frase, un poco manoseada quizá, de “si la montaña no va a Mahoma…”, no por las palabras que la componen o por su musicalidad, sino por su significado. Seguramente ya os habréis dado cuenta en todo este tiempo de que casi me obsesiona la relación entre lucha y logro, entre esfuerzo y meta, entre sudor y Literatura.

Lucha, esfuerzo, sudor.

Logro, meta, Literatura.

Me da fuerzas. Y la cita de Mahoma lo expresa bastante bien. Si algo no viene a ti, ve hacia ello. Si no logras algo, camina para conseguirlo… En fin, ya sabéis, en esa línea tan vitalista que marca mis palabras los días soleados. Vitalista, cursi y cargada de alegorías (esto último es culpa de cierta vocación didáctica).

El caso es que esa idea de “si algo no viene se debe ir hacia ello”, también se puede orientar en otro sentido bastante más importante para la vida de un aspirante a escritor. En nuestro caso, lo que esperamos que venga en primer término es la inspiración. Sin ese ente extraño, amado y temible, estamos perdidos, y la posibilidad de crear una obra se reduce a cero. Pero… ¿a qué esperamos? En nuestro entorno, nuestras propias vidas en toda su cotidianeidad inmensa, pueden ser el centro de un relato magistral. Seguro que encontramos buenas obras que se han centrado en cosas simples, como una silla, un cuadro o una pared, sólo por mostrar que lo que parece sencillo quizá no lo es tanto. Que lo cotidiano y habitual puede encerrar secretos oscuros y tensos, como el alma de ese hombre en apariencia normal que pasea cada día por nuestra calle.

Absolutamente todo lo que nos rodea encierra un algo más, y sobretodo encierra palabras. Un lenguaje silencioso que está ahí, esperando que alguien lo revele. Sólo hay que ir en su busca.