martes, 23 de febrero de 2010

Pagar por prestar

Leo en un artículo de José Luis Sampedro (gracias, Míriam) que parece ser que se pretende hacer pagar a las bibliotecas un canon de 20 céntimos por cada libro prestado. Con todo el revuelo que está teniendo esto del canon y de los derechos de autor en temas musicales, parece que ya estaba tardando en llegar al ámbito librero en forma de cruel realidad sangrante de los bolsillos ajenos. No acostumbro a opinar en estos asuntos, pero hoy quería hacer una excepción: me parece fatal. Nosotros deseando ser leídos, llegar al público, y otros primando el beneficio económico por encima de esa llegada a los lectores de todas partes. Yo siempre me he jactado de que la lectura era un bien para todos y prácticamente gratuito: si no lo podías comprar, bastaba (basta, por ahora) ir a una biblioteca y tener multitud de ejemplares para soñar al alcance de nuestra mano. He conocido hijos de familias sin recursos disfrutar de este modo. ¿Se lo vamos a quitar?

Basten los ejemplos que pone Sampedro en su artículo para ilustrar lo bellísimo y casi mágico de la lectura.

5 comentarios:

  1. Esto del canon está llegando al límite de lo absurdo... Una mala noticia para los que pensamos que la cultura es para todos, no sólo para los que pueden pagársela. Lo próximo será que al comprar un libro, tengamos que pagar un canon extra por si se nos ocurre prestárselo a algún amigo o conocido.

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  2. Eomoi, muy buena tu aportación. Esto está llegando a esos límites que estás diciendo. Al tiempo si nuestras sospechas se cumplen.

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  3. Sospeché que os resultaría interesante el artículo. Yo, que me considero una lectora empedernida, opino que semejante idea absurda debe provenir de alguien que considero desafortunado, porque seguro que no ha tenido la oportunidad de disfrutar de uno de los mayores placeres que existen: el placer de la lectura.

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  4. Es tristisimo, si se llega a realizar habrá mucha gente que no tenga la oportunidad de poder disfrutar algo tan maravilloso como es la lectura. Un beso grande

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  5. No tengo mucho que añadir... como bien dice Eomoi, lo del canon está llegando a límites absurdos, y grotescos. No entiendo ese afán que ha surgido últimamente no ya por proteger la música (sobre lo que no voy a opinar porque este blog no va de eso, y porque además, nos guste o no y tengamos la opinión que tengamos, es un hecho que durante los últimos años ha cambiado mucho la forma de escuchar y/o conseguir música), sino por gravar actividades que se han llevado a cabo de forma gratuita de toda la vida. Las bibliotecas siempre han estado ahí, no entiendo a qué viene algo así ahora. En fin, la SGAE, como siempre, haciendo amigos.

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