miércoles, 6 de octubre de 2010

La vida en libros


Hoy he oído en la radio que para leer en su totalidad el contenido de Wikipedia, harían falta 14 años ininterrumpidos de una hipotética vida en la que no se come, ni se duerme, ni se para un segundo para descansar. Catorce años enteros leyendo y leyendo sin cesar… No he podido evitar preguntarme: si esto es con una enciclopedia de internet de creación relativamente reciente, ¿cuántos años de nuestra vida harían falta para leer toda la literatura creada por el Hombre? A veces he pensado algo parecido en otros términos, desde otro punto de vista, y me ha resultado desalentador: no basta una vida, no basta el tiempo, para leer todo lo “leíble”. Pasarán los años sin que hayamos podido descubrir verdaderas joyas y también, inevitablemente, habremos perdido un tiempo precioso leyendo cosas pasables que podríamos haber empleado en leer algo mucho mejor. Algo que está ahí, en alguna parte del mundo, en una estantería olvidada o, incluso, en el cajón de un escritor frustrado. La capacidad creadora del ser humano no tiene límite, pero, por el contrario, la capacidad para acceder a esa creación es absolutamente limitada. La creación total de la Humanidad es algo colectivo, mientras que las lecturas quedan para uno mismo como algo individual. Y no sólo eso, sino que la porción de lecturas que elijamos entre esa masa inmensa (infinita comparada con nuestra vida acotada) de lecturas posibles nos hará lo que somos, nos transformará un poco, nos moldeará. Así pues, se trata de una elección crucial… Cada vez que elegimos un libro descartamos un millón de ellos. No sé a vosotros, pero a mí me produce auténtica frustración. Se me ocurre medir el tiempo en libros en lugar de en segundos. ¿Os imagináis?

-¿Cuánto tiempo vivió ese señor?

-4597 libros completos y 7 capítulos. Que en paz descanse.