miércoles, 12 de agosto de 2009

Personas, personajes y personajillos

Debo de ser muy poco avispada, pero me ha llevado años darme cuenta de una máxima de la literatura: de poco sirve un argumento magistral si luego no sabemos llevarlo al papel. A mí me ha sucedido en infinidad de ocasiones; se me ocurre una gran idea, o creo que es una gran idea, y me ilusiono. Después comienzo a escribirla, y a medida que avanzan las páginas me doy cuenta de que cada vez me va gustando menos, que el entusiasmo va decayendo lentamente… hasta que la gran idea acaba en la basura, o en la papelera de reciclaje del ordenador, y si te he visto no me acuerdo. Seguramente, mi gran idea sí era una gran idea, pero eso, según me ha quedado demostrado, no es suficiente.

Del mismo modo, hay otras historias más sencillas, que no parten de argumentos magistrales y que, sin embargo, al final logran engancharnos y envolvernos como una tela de araña. Muchas veces nos van atrapando sin que apenas nos demos cuenta… precisamente porque no destacan por los grandes golpes de efecto. Tienen un algo. La cuestión es: ¿cuál es ese algo?

Si el tema de la novela es relativamente secundario (ojo, digo relativamente, no es una afirmación categórica)… La conclusión a la que he llegado por mi cuenta, y que no tiene por qué ser cierta, es que ese algo es, esencialmente, el personaje. Se puede hablar de otros aspectos de cimentación del relato, como el vocabulario o la construcción de las frases, el tono, el ritmo, la dosificación de la información… en fin, muchos aspectos importantes… Evidentemente, lo deseable sería que fuéramos unos grandes maestros de la narración y lográramos equilibrarlos todos, aplicarlos y combinarlos en su justa medida… Pero suponiendo que eso no es posible, tendremos que centrarnos en el personaje, pues es el que sostiene toda la estructura y es por él por quien existe nuestra historia.

Si nuestros personajes son veraces, nuestra historia será veraz. Si nuestros personajes despiertan pasiones, emociones o incluso sentimientos, también lo hará nuestra historia. ¿Nunca habéis odiado a un personaje con todas vuestras fuerzas? ¿No le habéis temido tanto que sólo intuir que iba a aparecer en la siguiente página os habéis echado a temblar? ¿O habéis sonreído ante sus ocurrencias? El personaje debe ser creíble, y para ello debe evolucionar hacia persona y no degenerar en personajillo. Recomiendo releer novelas cuyos personajes nos impactaron por algo, y estudiar con detalle qué es ese algo. ¿Por qué funciona el personaje? ¿Qué peculiaridades tiene que le hacen creíble? ¿Qué similitudes tiene con el modo de comportarse y de sentir de un ser humano? Esto puede ser muy útil. Seguramente, descubriremos que tiene defectos y virtudes (es demasiado tozudo, pero tiene un don especial para tratar con niños), que tiene manías (no puede soportar el olor a suavizante), que tiene costumbres (todas las mañanas desayuna un melocotón, traído de donde sea, en cualquier época del año), que tiene gustos peculiares (le encantan las mujeres con vestidos de flores pero, eso sí, siempre por debajo de la rodilla). En fin, detalles. Pequeñas guindillas sobre el pastel de vuestra historia.

Como todo lo que nos rodea. Mirad a vuestro alrededor, a quienquiera que tengáis cerca… ¿Cuántas cosas como las que yo he dicho del hipotético personaje podríais decir de ellos?

7 comentarios:

  1. Hola Ikima. Ha estado pensado en la respuesta algunas horas, pero creo que no sé muy bien a qué responde que una novela enganche. Hay historias que me atrapan en la primera línea, y otras por un personaje que me emociona. Sin embargo hay historias que no me han dicho nada hasta llevar 150 páginas, aún teniendo una narración delicada y muy trabajada. Me pasó con una novela pero después de terminarla me pareció una joya. Esas sorpresas ocurren.
    Creo que sólo he dejado de leer un libro porque ante todo veo que hay un esfuerzo por parte del escritor, y desde luego no me gustaría que lo hicieran con mis historias. Y te puedo asegurar que he leído muchas cosas de pésima calidad.
    Y con respecto a las buenas ideas yo también las tengo, y en esta novela que estoy escribiendo cuanto más avanzo creo que menos sentido tiene todo. Soy insegura con esas cosas, pero no quiero tirar la toalla porque llevo más de ocho meses de trabajo. Espero terminarla a finales de este mes o principios del que viene para corregirla, y una vez que vea el conjunto las cosas se verán de otra manera. Estoy segura de ello. Yo espero que un día tus escritos salgan a la luz y no queden cogiendo polvo en un cajón. Suelo ser muy crítica conmigo, muco más que con las cosas que a veces leo. Nos tenemos que dar una oportunidad de terminar nuestras historias y ver el resultado final.

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  2. La verdad es que tienes razón con eso de que para el escritor lleva tanto esfuerzo una obra que sólo por eso merece ser leído. Sin embargo, cuando una obra no me parece buena, no sigo leyendo, porque el poco tiempo que tengo intento aprovecharlo para leer algo que me ayude a aprender y a mejorar. Es cierto que encontrando errores ajenos podemos encontrar los propios, y nos puede ayudar a entender qué falla en una obra y, por tanto, debemos evitar, pero por el momento prefiero leer obras de las que puedo aprender para bien.

    En cuanto a lo de tirar obras a la basura, ciertamente es una pena. Lo que ocurre es que cuando no me convence prefiero olvidar que existió. No querría lograr publicar una obra con la que luego me etiqueten o me encasillen y de la que no me sienta orgullosa.

    Por lo demás, y cambiando de tema... ¿dónde está todo el mundo en este blog?

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  3. Hola Ikima, creo que la gente está de vacaciones, o está escribiendo para el próximo premio de Sm... ;)

    Y con respecto a lo de leer a gente a la que errores en sus novelas, te puedo decir que estoy aprendiendo más de esa manera, que de la gente que me gusta como escribe. Puede parecer lo contrario, pero cuando una historia falla te das cuenta del por qué, y ya no te digo las faltas que hay en las novelas que publican. No te digo que yo no las tenga, aunque siempre pienso que cuando te publican una novela hay un corrector ortográfico y un corrector de estilo. No sé cómo funciona el mundo editorial, pero creo que los correctores de estilo en muchas novelas brillan por su ausencia.

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  4. A tu pregunta de dónde está todo el mundo... los hay que no estamos de vacaciones y os seguimos muy de cerca. Ánimo, seguid así!!

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  5. Jajaja, sí pero tú eres lectora en la sombra...

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  6. Hola a todos!!! He vuelto después de unas vacaciones intensas.Digo intensas porque he disfrutado de mi pequeñín de 10 meses en la playa a lo bestia y aparte he ido maquinando una novela infantil que me está gustando mucho cómo me está quedando.Veremos al final.

    Bueno pues un saludo a todos y os dejo que tengo que ponerme al día en el curro ( es mi primer día después de las vacaciones) pero prometo comentar algo sobre este apartado y otros muchos que ya veo no habéis perdido el tiempo.

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  7. Respondo con un montón de retraso...

    En mi caso, si analizo las obras que más me han marcado en lo que llevo de vida, creo que me quedo indudablemente con que lo que me enganchan son los personajes. Me cuesta realmente encontrar entre mis libros favoritos alguno cuyo argumento resulte de verdad impresionante y original, pero sin embargo todos ellos tienen personajes (uno o varios) que me encantan, me cautivan, y con los que me he sentido o me siento muy identificada. De igual modo, a la hora de escribir me pasa lo mismo, precisamente porque es ese tipo de literatura la que más me gusta leer, o tal vez simplememnte porque no soy original xD

    En cualquier caso, para mí un argumento muy original o muy trabajado se queda cojo si no va acompañado de grandes personajes, y puestos a elegir prefiero un gran personaje a una gran historia. Porque una cosa lleva a la otra, según lo veo.

    Y si no me he explicado mucho lo siento, que estoy algo espesa xD

    Saludos.

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