viernes, 9 de diciembre de 2011

Elipsis psicológica

He elegido llamar elipsis psicológica a esta entrada del mismo modo que podría haberla llamado: "cómo aprovecharse de los conocimientos y experiencias previos del lector para ahorrarnos palabras innecesarias" o bien "cómo sacar jugo de las imágenes de película". 

¿Que a qué me refiero? Bueno, a ver si me sé explicar. Para intentar ilustrarlo, os contaré cómo me dio por pensar en esto.

El otro día, en Ana Karenina, leí un pasaje en el que se desarrollaba un baile de la alta sociedad. Todavía tengo la imagen perfectamente formada en mi mente: el inmenso salón de altísimas paredes con molduras de escayola doradas combinadas con color crema; las columnas de mármol que salpicaban la sala; las espectaculares lámparas de araña cuyos cristales brillaban con los colores del arcoiris; los músicos de la orquesta vestidos de esmoquin negro; la multitud bailando, tan elegante, riendo; el jolgorio, las risas, la diversión... Pero después de tener esta imagen perfectamente elaborada en mi mente, me percaté, no sé cómo, de que ninguno de esos elementos que yo imagino es mencionado por Tolstói en la descripción que hace del baile. Releí con interés la escena. Lo más parecido a una descripción del lugar es esto:

"Acababa de empezar el baile cuando Kitty y su madre aparecieron en la escalera iluminada, llena de flores y con una serie de criados con pelucas empolvadas y uniformes rojos. Desde las salas llegaba un murmullo acompasado, semejante al de una colmena, y mientras se arreglaban delante del espejo los peinados y los trajes se oyeron distintamente los suaves sones de los violines que daban comienzo al primer vals".

A partir de aquí, describe con profusión el atavío de Kitty y también el de algunos invitados, así como su forma de bailar, pero no menciona en ningún momento la apariencia del salón y, de hecho, tampoco indica en ningún momento que haya una multitud bailando (quitado del ruido de colmena que se oye desde fuera); menciona a algunas personas o grupitos aislados, y nada más.

¿De dónde sale, pues, lo que yo he imaginado y que soy incapaz de olvidar? Está claro que se trata de una imagen previa que tengo dentro de la mente, con toda probabilidad procedente de alguna película o, si no, de alguna vivencia.

De modo que he pensado llamarle a esto "elipsis psicológica" (con mayor o menor acierto por mi parte, esto ya no lo sé) porque podemos usarlo, precisamente, para evitar (elidir) una descripción pesada y aburrida de un lugar del que cualquiera tiene ya una imagen preconcebida, a no ser que queramos mostrar que precisamente nuestro escenario es distinto a ese preconcepto. La idea es usar sólo una serie de palabras clave, que sacarán a flote la imagen, y evitar el resto, esperando que la propia imaginación del lector o sus vivencias previas rellenen los huecos que nuestra descripción deje vacíos. 

Por ejemplo, en el caso que yo comentaba, bastan algunas palabras como: baile, luz, encajes, vals, peinado, vestido, violín; yo lo aderezaría, para reforzar la imagen sin describirla, con mucho diálogo de los asistentes.

¿Qué tal la idea? ¿Os parece aplicable? Yo le veo como principal limitación la edad de los lectores, puesto que si escribimos un texto infantil las vivencias del público al que va dirigido están más limitadas.

9 comentarios:

  1. A mí me gusta leer esta clase de libros que apuntas, con mínimos detalles tediosos, ya que la mente recrea el lugar a su antojo, sin imposiciones externas a veces agotadoras. Y se centra en la acción, avanzando sin tropiezos innecesarios.
    Saludos

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  2. Y precisamente, Begoña, ahora que comentas lo de la "imposición" también me he dado cuenta de que a veces leo descripciones inmensas, que dan muchos detalles, y de todos modos yo me sigo imaginando a mi libre albedrío... Me dicen "sillones rojos" y yo los imagino verdes, o me dicen "cortinas de flores" y yo las imagino rojas... Lo he comentado con algunas personas a las que también les sucede algo parecido, es como si los lectores fuésemos muy tozudos.

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  3. A mí también me ha sucedido con muchas obras y, como Begoña, tampoco me gustan las descripciones interminables y tediosas, porque creo que en la mayor parte de los casos no son necesarias. Además, me parece que lo maravilloso de los libros en parte reside ahí: en su capacidad para contarte una historia dejando que tu imaginación la ilustre por sí misma, complementando lo escrito.

    Me parece inquietante, de todo esto, cómo en ocasiones, pese a una descripción más bien escueta, muchísimas personas imaginan un entorno o personaje de la misma forma. Y esto lo digo porque precisamente he comenzado con "Los Juegos del Hambre" (Ikima: sí, me he enganchado, he devorado ya 7 capítulos y lo empecé ayer, y apenas he tenido tiempo para leer *_*) y, curioseando sobre el casting de la película, no he podido evitar sentir una patada en el estómago cuando he visto lo de Lenny Kravitz. Y es curioso porque parece ser que hay descontento general entre los fans con esa elección, ya que el 95% de lectores se lo imaginaban (al igual que yo) más cercano a Jude Law, cuando en realidad la descripción del personaje no es tan detallada como para que haya tanto consenso.

    En cualquier caso, y para no desviarme del tema del post, ya escribiré más adelante para hablar largo y tendido sobre "Los Juegos del Hambre", que preveo que se va a pasar a formar parte de mis obsesiones...

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  4. ¡¡Cómo me gusta que hayas empezado con "Los Juegos del Hambre"!! Estoy emocionadísima, así podremos comentar jajajaja. A mí me pasó lo mismo con Cinna, no le pega nada Lenny Kravitz, es impresionante lo que comentas de una especie de imaginación colectiva...

    Te auguro que mañana, pasado a lo más, te habrás acabado el libro. Ya me dirás si acierto jajaja.

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  5. Aún no lo he acabado! Lo hubiese hecho de no ser porque aún tengo clase todas las tardes y trabajos que hacer por las mañanas. Pero lo estoy pasando fatal, porque cada vez que me pongo a leer me cuesta muchísimo soltarlo!

    Bueno, con esto creo que ya dejo claro que me está encantando, así que "Los Juegos del Hambre" pasa a engrosar la lista de libros que previamente no me llamaban nada la atención y que luego han logrado obsesionarme.

    Imagino que de mañana no pasará (me deben quedan unas 100 pág. ahora mismo), así que, cuando lo termine, ya vendré a expresar mi opinión con detalles... De momento, Ikima, sólo puedo darte las gracias por la recomendación! Menudo sufrimiento llevo encima, pero del que se disfruta :D

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  6. Jajajaja, ¡me alegro un montón de que te esté gustando tanto! Porque a mí me pareció tan bueno, tan obsesivo... Es una pasada. Ya que no tengo suerte como escritora me haré recomendadora profesional de lecturas adictivas.

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  7. Es una idea buenisima la que has tenido, Ikima: me dejas probar a escribirla?
    pero pasa lo de siempre: paja ojo viga
    escribo: se me multiplican los enanos, y la descripcion de cada uno de los pelos de los enanos (Ende en Jim Boton hablaba de contadores chinos de pelos... y ya habras adivinado q estoy todavia en Norge sin acentos ni enies)
    leo: y me arriesgo en ocasiones a saltar un parrafo del tipo de los de Eco en el Nombre de la Rosa describiendo los tipos de piedras preciosas....
    Te deseo Navidad amor sexo regalos dinero juerga

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  8. Escríbela si quieres, me parece bien... De todo lo que me deseas me faltan 2 y no diré cuáles jajaja

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