viernes, 12 de agosto de 2011

Campanita del lugar

Tengo una de esas semanas de crisis existencial en las que estoy como un charco en mitad de un camino de tierra. Estoy marrón y turbia, y todo el tiempo me siento pisoteada. Y parte de este sentimiento lo tiene la lectura. Sí, sí, tal como lo leéis: la lectura. Voy a explicarme mejor. Ya comenté unas cuantas entradas atrás que me había agenciado una serie de afamados clásicos para ver si merecían su fama universal (bastante presuntuoso por mi parte leer una obra maestra para eso en lugar de por tener la certeza de que voy a disfrutarla, lo sé). El caso es que sí, sin duda, merecen su fama, son obras geniales escritas por genios. Por eso he disfrutado mucho, muchísimo, como lectora. Esas obras geniales se disfrutan la primera vez que las lees, y luego siempre te queda en el corazón la pena de que ya nunca las volverás a descubrir (la sorpresa, la intriga, la emoción, la intensidad) igual que en el amor no se vuelve a las mieles del principio. 

Pero el disfrute como lectora y el dolor como proyecto de escritora han sido directamente proporcionales. Me han dejado hecha polvo. Yo jamás escribiré de este modo. Jamás seré capaz de recrear así una historia, de envolver, de llegar al alma, de entender tan profundamente el alma humana, y un largo etcétera. Y la frase final, la que más mella me hace: no sé qué pinto en esto, si yo no tengo talento. Esta es verdaderamente devastadora.

El caso es que le cuento estos sentimientos a mi pareja, que intenta consolarme como puede, diciéndome que bueno, que no me preocupe, que aunque no tenga talento he escrito la historia X, que a él le gusta mucho y que es muy entretenida (X = obra infantil que no me publican ni por asomo). El comentario acabó de hundirme del todo, y le digo:

"Eso es como si yo aspiro a escribir sinfonías como Mozart y tú me consuelas diciendo que he compuesto Campanita del lugar". Do-do-sol-sol-la-la-sol (Cam-pa-ni-ta-del-lu-gar). 

El caso es que hoy se ha dedicado a documentarse un poco, y me dice: "Pues que sepas que Mozart versionó esa canción 12 veces".Creo que mejor me dedico a leer y olvido de una vez las ínfulas de escribir. Lo peor de todo es que no puedo dejar de tararear la canción dentro de mi cabeza, es como un estribillo obsesivo que me persigue. Seguramente me estoy volviendo loca.

4 comentarios:

  1. Esos genios que mencionas, salvo excepciones, tuvieron un proceso de aprendizaje y arrancaron con obras mediocres (pasa igual con los actores, compositores, etc); incluso algunos de esos "genios" alcanzaron la cima con apenas un libro, escrito al final de sus días. Tú escribe con libertad y autenticidad, que las valoraciones, y el talento, son sólo opiniones y conceptos subjetivos. Disfruta de la literatura en sus dos direcciones, en ti y para ti.

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  2. No desistir, creo que esa es la cuestión, además de no cuestionarse hasta el punto de frenarse. Escribir sin razón, solo por el deseo de hacerlo, si hay una necesidad de escribir seguir haciéndolo sin más. Algún día quizá lleguen las respuestas.
    Saludos

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  3. Lo cierto es que vuestros comentarios sí que resultan bastante consoladores... Gracias :(

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  4. Soy Violet.

    Entiendo perfectamente lo de las crisis existenciales y el preguntarse qué demonios hace una aquí, intentando algo que parece imposible... Pero no creo que se trate de tener o no tener talento. Creo que lo he dicho miles de veces, pero nunca me cansaré de repetirlo: hay mil y una formas de escribir, de contar una historia y de transmitir sentimientos. Yo también sé que jamás seré capaz de escribir como los grandes clásicos (bueno, no, en realidad no lo sé, creo que todo se aprende), pero sí sé que muchos, muchísimos libros que me han llegado al alma han sido escritos por personas que los grandes puristas podrían calificar de mediocres. ¿Lo digo, y lo creo, para justificar, tal vez, mi enorme falta de talento? No lo sé. Sólo sé que en el arte no todo es blanco o negro, evidentemente todo lleva su proceso de aprendizaje, de perfeccionamiento (no escribo ahora como lo hacía hace unos años), pero aun así todo esto nunca dejará de ser subjetivo. Hay libros en el mercado que me parecen una auténtica basura, y ahí están, porque alguien opinó algo diferente y apostó por ellos.

    Yo me desanimo porque creo que el mercado editorial está fatal, porque es ciertamente muy complicado hacerse un hueco. ¿Pero por pensar que no tengo talento y que no me lo merezco? Eso jamás :)

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