jueves, 30 de junio de 2011

Verano de clásicos

No sé si es que estoy en plan cultureta repelente o ha sido casualidad, pero hace dos días estuve en casa de una tía mía y me encontré una estantería plagada de clásicos, todos ellos bien dispuestos a serme prestados. Había al menos cincuenta obras (¡cómo no lo había descubierto antes!) y empecé por elegir los cinco siguientes:

- Crimen y castigo, de F. Dostoievski
- Madame Bovary, de G. Flaubert
- El ruido y la furia, de W. Faulkner (éste estaba repetido, en uno de ellos ponía como título El ruido y la furia y en otro El sonido y la furia).
- Ana Karenina, de L. Tolstoi
- El retrato de Dorian Gray, de O. Wilde

La verdad es que hacía tiempo que me decía a mí misma que debía leerlos y ha sido una especie de bendición o de buena fortuna encontrármelos así, tan colocaditos en una estantería olvidada. 

El motivo de querer leerlos no es sólo que suelan estar en las listas de lecturas obligadas de todo lector que se precie (en teoría, al menos), sino que todos los manuales de teoría literaria y de técnicas narrativas ponen a estos autores como ejemplo, y a decir verdad, a no muchos más. Si los teóricos y expertos de la narratalogía los usan para ilustrar el qué y el cómo, digo yo que por algo será...

En fin, seguro que aprendo cosas interesantes de ellos y que podré compartirlas aquí con vosotros. 

De momento me quedo con el famoso principio de Ana Karenina:

"Todas las familias felices se parecen unas a otras; cada familia desdichada lo es a su manera". 

1 comentario:

  1. De los libros que apuntas leí Crimen y castigo, Madame Bovary y El retrato de Dorian Gray. Hace como diez años que los leí y son libros que uno nunca olvida y que disfruta leyendo. Los otros me los apunto, aunque quiero leer tanto que no me llegan las horas del día.
    Saludos

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