viernes, 12 de febrero de 2010

Supervivencia

Los animales se aferran a la vida con uñas y dientes por puro instinto: hay que sacar adelante la especie. En la naturaleza no priman los individuos, sino la colectividad. Perpetuarse, seguir, siempre adelante, siempre avanzando. Cuando un animal muere pero deja descendencia, es una forma, en parte, de continuar vivo, porque su huella genética sigue en el mundo. Pensadlo un instante: ¿Cuántas personas han contribuido a lo largo de la historia a dejar impresa en vosotros su herencia? Generación tras generación, todos se van perpetuando en nosotros, y nosotros nos perpetuaremos en los siguientes.

Pero el ser humano -dicen- ha perdido el instinto animal. ¿Seguro? ¿No será la escritura una clase de instinto evolucionado que responde al mandato natural de perpetuarse? Reflexiono sobre ello a raíz de las palabras de Borges que añadí, concretamente de esta frase: "Ha creado el libro, que es una extensión de su imaginación y de su memoria." (Y también, y sobre todo, a raíz de un suceso trágico que ha ocurrido en mi entorno esta semana, aunque no venga al caso). ¿No perdura Borges, acaso?

Hasta donde yo sé, los genes no pueden retener la memoria de su portador y, por tanto y lamentablemente, no podemos transmitir a nuestros hijos ni nuestras vivencias ni nuestros conocimientos -tal vez no sería soportable, lo admito, llevar a cuestas el bagaje de todas las generaciones anteriores- de modo que de alguna forma hemos de lograr que eso no se pierda para no morir del todo a nivel mental o emocional. Es cierto que perduraremos en el amor y el recuerdo de quien nos quiere, las fotografías, los objetos personales, pero... ¿cuánto dura eso? ¿Dos generaciones? ¿Tres?

Entendedme, no es soberbia. No hablo de obras maestras, ni de convertirse en Borges, por supuesto, sino de algo mucho más íntimo. Por ejemplo, un diario personal. ¿Imagináis la sensación que tendrían al leerlo vuestros nietos, bisnietos, tataranietos, una vez que ya no estéis? Yo siempre suelo echar la vista atrás. Me pregunto de quién provengo, qué sentían, qué pensaban... ¡Sería tan bonito disponer de sus impresiones! ¡Descubrir que me parezco a alguno de ellos! ¿Qué opináis sobre dejar un legado de palabras? ¿Creéis que esa fue en parte la motivación de algunos escritores, o que escribir responde únicamente a la satisfacción de un deseo momentáneo?

9 comentarios:

  1. Bueno, yo es que le he dado vueltas a la cabeza esta semana porque ha fallecido un vecino mío (no viene al caso en la entrada, pero aquí creo que lo puedo contar) en un accidente absurdo. Muy buen amigo de la familia, y muy joven, con dos niños pequeños (¡mis niños! :( ). Y una persona... ¡uf! En fin... El caso es que fue tan repentino, tan extraño todo, casi surrealista (además lo vivimos todo en primera persona) que me ha hecho plantearme muchas cosas... Por eso escribí esta entrada, me he emparanoiado un poco con eso de que puedo estar ahora y dentro de un minuto no, y que estaría bien dejar palabras. Al fin y al cabo, palabras es lo más importante que puedo dejar, lo máximo que tengo. Supongo que si hubiera pensado esto hace diez días pensaría que lo único que me importa es la sensación momentánea que me produce la escritura, pero ya te digo, esto me ha trastocado por completo. En fin, no quiero ponerme negativa :), está claro que de esto se pueden sacar muchas enseñanzas positivas.

    María, aprendiendo de ti, que me has enseñado a pensar siempre en las dos caras de las cosas, incluso de las muy malas, como estas :)

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  2. Cuando se da una muerte inesperada en nuestro entorno cercano creo que es inevitable emparanoiarse con lo efímero que es todo y cómo pensamos que somos eternos cuando no hay nada más lejos... Siento lo ocurrido :(. Yo ya tuve mi buena ración (aunque en realidad es algo que he aprendido y no se me olvidará) de paranoias al respecto cuando murió mi madre, hace dos años. Cómo un día estás hablando con una persona y al siguiente ya no está.

    Creo que, al menos en principio, un@ empieza a escribir por satisfacción personal, o al menos así suele ser. Recuerdo cuando escribía novelas enteras, hace años, y ni siquiera me preocupaba de presentarlas a ningún concurso o dejárselas a leer a nadie, porque con tenerlas para mí me bastaba. Sin embargo, poco a poco he ido dándome cuenta de que también me gusta escribir, y me gustaría publicar, para dejar algo mío, para poder gritar todas esas cosas que llevo dentro y que perduren. Me gustaría que, dentro de muchos años, mis palabras pudiesen ser leídas por cualquiera y que alguien pudiese sentirme cerca aún sin haberme conocido... Al menos es lo que me ocurre cuando leo un libro de alguien que ya ha muerto, casi siempre pienso en lo curioso que resulta que yo esté ahora en mi casa disfrutando con sus palabras, cuando en el momento de escribirlas yo tan siquiera había nacido... Desde luego, para mí si es una motivación importante lo de dejar algo mío en el mundo :)

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  3. Me ha venido a la mente este escrito de Bukowski al ver tu entrada...

    "si no te sale ardiendo de dentro,
    a pesar de todo,
    no lo hagas.
    a no ser que salga espontáneamente de tu
    corazón y de tu mente y de tu boca
    y de tus tripas,
    no lo hagas.
    si tienes que sentarte durante horas
    con la mirada fija en la pantalla del ordenador
    o clavado en tu
    máquina de escribir
    buscando las palabras,
    no lo hagas.
    si lo haces por dinero o
    fama,
    no lo hagas.
    si lo haces porque quieres
    mujeres en tu cama,
    no lo hagas.
    si tienes que sentarte y
    reescribirlo una y otra vez,
    no lo hagas.
    si te cansa sólo pensar en hacerlo,
    no lo hagas.
    si estás intentando escribir como cualquier
    otro,
    olvídalo.
    si tienes que esperar a que salga rugiendo de
    ti,
    espera pacientemente.
    si nunca sale rugiendo de ti,
    haz otra cosa.
    si primero tienes que leerlo a tu esposa
    o a tu novia o a tu novio
    o a tus padres o a cualquiera,
    no estás preparado.
    no seas como tantos escritores,
    no seas como tantos miles de
    personas que se llaman a sí mismos escritores,
    no seas soso y aburrido y
    pretencioso, no te consumas en tu
    amor propio.
    las bibliotecas del mundo
    bostezan hasta
    dormirse
    con esa gente.
    no seas uno de ellos.
    no lo hagas.
    a no ser que salga de tu
    alma como un cohete,
    a no ser que quedarte quieto pudiera
    llevarte a la locura, al
    suicidio o al asesinato,
    no lo hagas.
    a no ser que el sol dentro de ti
    esté quemando tus tripas,
    no lo hagas.
    cuando sea verdaderamente el momento,
    y si has sido elegido,
    sucederá por sí
    solo y seguirá sucediendo
    hasta que mueras o hasta que muera en ti.
    no hay otro camino.
    y nunca lo hubo".

    Por cierto, una amiga mía participa en el concurso de Microrrelatos de SM, en su página vi el enlace a tu blog. Si queréis podéis echarle un vistazo a su texto aquí: http://www.microrrelatos-sms.com/stories/2630

    A mi me gusta mucho, y me parece un auténtico
    microrrelato. En fin...

    Abrazos.

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  4. Hola a todos,

    Perdonad que no haya visto el post antes...los fines de semana pertenecen a mis hijos! ;)
    Ikima, siento muchísimo lo de tu amigo, es una verdadera pena. Y realmente algo así es normal que nos sacuda totalmente, que nos haga pensar en muchísimas cosas.
    Yo pienso en la muerte bastante. No me da miedo morirme, pero sí muchísima pena, pena de perderme los 40 años que espero que me queden aún de vida. Lo pienso sobretodo desde que tengo hijos, porque aunque sea una madre muy pesada, sé que aun hago mucha falta en sus vidas, y me siento responsable. También me da miedo verme en la situación de tu vecina, es algo terrible. Espero que la vida le dé una nueva oportunidad aunque todo tiene su momento.
    A uno de mis hijos, desde que tenía poco más de dos años, le obsesionaba terriblemente la muerte, así que hice un cuento para explicárselo porque los niños no conciben que a sus padres les pueda pasar algo.Venía a decir que la pérdida no es total si sabemos mantener a esa persona viva en nosotros.
    En cualquier caso, Ikima, te diré que se me ha puesto la piel de gallina al leer el comentario de lo que has dicho sobre ver todas las facetas de una misma cosa; y me alegro muchísimo de que lo estés aplicando en tu vida.
    Violet, una vez una amiga pediatra, que ha visto casi de todo en su profesión, me decía que es fundamental pasar el duelo cuando alguien querido se muere. Decía que había padres que cuando perdían un hijo, corrían a tener el terrible hueco que les había quedado. En esos casos, las cosas no solían salir bien y a menudo eran desgraciados. Los que pasaban el duelo, estaban deprimidos, fatal durante un tiempo indeterminado... salían adelante en mejores condiciones. Llegaba un momento en que superaban las cosas y rehacían sus vidas. Y todo iba mejor.
    Por tanto, creo que aunque sea un momento durísimo, siempre hay que pasar ese duelo.
    En fín, supongo que tenemos que asumir que la muerte es parte de la vida, aunque afortunadamente en nuestros tiempos conseguimos mantenerla bastante alejada.
    Un saludo a todos,
    María

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  5. Yo también lo veo así, creo que el duelo es absolutamente necesario, llorar a las personas que amas es importante para uno mismo, para ese amor tan grande. Y también porque éstas se lo merecen.

    El otro día leía en el blog de Elsa Aguiar que ningún tema es inadecuado en una novela infantil o juvenil, incluso la muerte, sólo hay que tratarlo adecuadamente. No obstante, en mi caso, es un asunto que no sé muy bien por dónde cogerlo, porque a mí me afecta tanto que no sé tranquilizar a un niño al respecto porque no sé ni tranquilizarme a mí misma. ¿Cómo hiciste para escribir un cuento sobre ello?

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  6. Hola Ikima,

    en realidad yo empecé a escribir por mis hijos, para tratar temas (eternos) que a los padres nos preocupan porque son males que afectan a la humanidad desde siempre, y lo seguirán haciendo hasta que nos extingamos: la muerte, la responsabilidad (o la falta de ella), el respeto, cometer tropelías en nombre del grupo, los estereotipos y su uso para justificar el maltrato a un coletivo...Como comenté, mi hijo se obsesionó desde muy pequeño y sigue estando obsesionado por la muerte. Esta misma noche ha vuelto a sacar el tema y realmente le preocupa mucho. Así que, como cualquier otro tema sobre el que preguntan, hablamos sobre ello, adecuándolo a su edad y a la capacidad lógica que tienen. En este caso coincido plenamente con Elsa Aguiar, en que no ha de haber temas tabús con los niños porque que no lo hables con ellos no hace que desaparezcan de su cabeza. Tienen que descubrir el mundo como parte de su desarrollo y prefiero que lo hagan de mi mano o de la de su padre. Lo que sí creo que es fundamental es adecuar el discurso a su edad. A un niño no se le puede sustraer que la muerte es una pérdida brutal en su vida (en caso de mi cuento, moría la madre), pero sí se le puede hacer ver -y yo de verdad lo creo- que sólo matamos a una persona cuando no la recordamos, cuando dejamos de tenerla presente en nuestra vida y en nuestra rutina. Igual que cuando vivía. Y al principio el dolor tiene que ser insoportable, pero pasado ese período de duelo, ya no tiene que serlo; sino que en cierto modo es un pequeño tributo diario a quien quisimos y seguimos queriendo. Al menos a mí me gustaría que mis hijos me recordasen por esos pequeños detalles que son la sal de la vida. El color del cielo, la música, las historias que les cuento, los bizcochos que hacemos cuando estoy de buen humor ;)! Eso supondría que he dejado una impronta en ellos, la mejor posible.
    En fin Ikima, supongo que estoy en lo que espero sea el ecuador de mi vida, y es un punto en el que cambia mucho la forma de ver las cosas.
    Saludos a todos ,
    María

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  7. María, me parece una forma verdaderamente loable de empezar a escribir. Muy bonita. Si deseas explicar algo a tus hijos que les preocupa o les crea angustia, y no encuentras una obra que según tu opinión encaje en lo que necesitan, ¿qué mejor que crearlo tú?

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  8. Estoy totalmente de acuerdo en lo vivir el duelo. Es precisamente mucho peor para la persona intentar recuperarse cuanto antes, hacer como si nada hubiera pasado. Lo ocurrido es grave y trascendental, y como tal hay que tratarlo. El tiempo acabará por ponerlo todo en su sitio, nos recuperaremos y nos daremos cuenta de que la vida sigue y de que tenemos que tirar adelante, porque el ser humano está diseñado para sobrevivir y para adaptarse a cualquier situación. Pero para poder llegar a ello, a la aceptación, primero hay que sufrir, echar fuera todo lo que llevamos dentro, sin prisa. Cuando ocurrió lo de mi madre, yo en todo momento tuve claro que se me presentaban meses de agonía, pero sabía que tenía que pasar por ello, y, más importante aún, quería pasar por ello, porque sentía que se lo debía. Luego, mucho tiempo más tarde, vi que poco a poco me iba encontrando mejor y que la herida iba cicatrizando, y supongo que es así como tiene que ser.

    María, me parece chulísimo que escribas cuentos para explicarles determinados sentimentos o situaciones a tus hijos :)

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  9. Hola Violet,

    Lo siento, no había leído tu comentario hasta hoy, que me he puesto al día rápidamente. En fín, poco más se puede decir.

    Lo de empezar a escribir fue curioso. De niña había 'tonteado' con la literatura, escribiendo algunos cuentos pero no lo cultivé nunca. De hecho, se me daba mal leer (odiaba leer en alto porque se me daba fatal), y lo pasaba tan mal que le cogí bastante manía a la lectura…

    Nunca leí mucho. De joven por lo que os he comentado, de mayor por falta de tiempo. Aun hoy sigo leyendo muy poco, sólo lo hago en vacaciones cuando es imposible aislarme para escribir, así que al menos aprovecho para devorar los libros. Durante mi rutina habitual no me lo puedo permitir y sólo leo lo que escribo o lo necesario para documentar mis novelas.

    Sin embargo, siempre he escrito mucho, pero sólo por temas profesionales y creo que eso me ha ayudado tremendamente a identificar lo que quiero comunicar. Nada hacía prever que me metería en este mundo mágico de la Literatura… Hasta que tuve hijos y empecé a escribir por los motivos que comenté. Primero con cuentos, luego la novela que presenté a BdV el pasado año y ahora la que estoy escribiendo. Curiosamente he descubierto mi vocación a los cuarenta años! Y ahora es una necesidad casi absoluta, si no escribo me muero. En vacaciones me pongo de mal humor porque no puedo hacerlo y normalmente me quedo todas las noches hasta la una de la madrugada para sacar tiempo. Valoro mis días en función de si he escrito o no, de si podré hacerlo. (un disparate!)

    Por eso cuando leo vuestros comentarios, y veo que lo hacéis tan bien y que tenéis vuestra vocación tan clara siendo tan jóvenes me dais envidia (sana!). Qué suerte! Y cuánto tiempo por delante para poder aprovecharlo! Siempre os digo que no os desaniméis porque aun tenéis mucho tiempo para madurar como escritores aunque para ello haya que cosechar antes algunos fracasos…. Como con todo en esta vida. ;)

    En fin, que mucho ánimo y que ya me gustaría a mi haber estado donde estáis vosotros ahora a los 23, 25, 28 años…

    Saludos,

    María

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