Cabía una mano en la oscuridad, y esa mano sostenía un puñal cuyo mango era de brillante hueso negro y la hoja, más afilada y precisa que una navaja de afeitar. Si te cortara, lo más probable es que ni te enteraras, o al menos no lo notarías de inmediato.
El puñal prácticamente había terminado lo que debía hacer en aquella casa, y tanto la hoja como el mango estaban empapados.
Antes de poner a qué autor y a qué obra pertenece este principio... ¿Alguien lo sabe?
Edito: Se trata de "El Libro del Cementerio", de Neil Gaiman. Un libro juvenil que por el momento me está gustando bastante, y demuestra que claramente se puede tratar cualquier tema en literatura juvenil (aunque el principio me sigue pareciendo un poco fuerte).
Ni idea, pero me parece escalofriante!
ResponderEliminarMe parece un hombre listo este Gaiman: se ha metido con éxito en el cine (guión de Stardust), desde luego en el cine (con la absolutamente gótica recopilación de historias de The Sandman) y en la literatura de pasta dura.
ResponderEliminar¿Lo que le gusta? Lo oscuro, tipo Poe, Lovecraft, etc.
Me parece un tío con talento.