Publicar bajo seudónimo: ¿ser quien no se es o ser quien se es realmente?
Cuando buscamos la palabra seudónimo en el DRAE, en la primera acepción, aparece lo siguiente:
1. adj. Dicho de un autor: Que oculta con un nombre falso el suyo verdadero.
Ignoro qué motivos le llevaron a ello, pero, cuando Julio Cortázar publicó su primer libro, un poemario llamado Presencias (allá por 1940, si no voy equivocada) lo hizo bajo el seudónimo de Julio Denis. Quizá fue un capricho, quizá su faceta literaria era poco conocida en su entorno, o tal vez pensó que ese seudónimo le definía mejor o resultaba más atrayente. El caso es que no volvió a utilizarlo, y a partir de entonces, todos sus escritos aparecieron a cara descubierta.
Hoy en día, cuando las estrategias de marketing hacen que la mediatización del autor aumente las ventas, la posibilidad de firmar con seudónimo una obra parece reducida al ámbito de los concursos, en los que se quiere transmitir una imagen de transparencia (paradoja en marcha) y de legalidad. Pero pensado fríamente no es más que una forma de identificación como pueda ser llamarse Carmelo Mellado o Eduard Codín y, como todo, la posibilidad de una trampa siempre estará ahí mientras haya voluntad de ello. Así pues, con seudónimo o sin él, la honestidad siempre procederá del que desee ser honesto, y no del que lo haya de ser por imposición.
A mí, personalmente, la idea de publicar un libro con mi propio Julio Denis me atrae bastante, como un juego de identidades en el que la YO que todos conocen es una, y la YO que publica libros (si se diera el caso), otra distinta, aunque a la vez la misma, pero siempre de incógnito. Seguramente, la de mi seudónimo sería más yo que yo misma, con nombre y apellidos.
De esta forma, la cola de este escrito se deja morder por la boca.
Publicar bajo seudónimo: ¿ser quien no se es o ser quien se es realmente?
Cuando buscamos la palabra seudónimo en el DRAE, en la primera acepción, aparece lo siguiente:
1. adj. Dicho de un autor: Que oculta con un nombre falso el suyo verdadero.
Ignoro qué motivos le llevaron a ello, pero, cuando Julio Cortázar publicó su primer libro, un poemario llamado Presencias (allá por 1940, si no voy equivocada) lo hizo bajo el seudónimo de Julio Denis. Quizá fue un capricho, quizá su faceta literaria era poco conocida en su entorno, o tal vez pensó que ese seudónimo le definía mejor o resultaba más atrayente. El caso es que no volvió a utilizarlo, y a partir de entonces, todos sus escritos aparecieron a cara descubierta.
Hoy en día, cuando las estrategias de marketing hacen que la mediatización del autor aumente las ventas, la posibilidad de firmar con seudónimo una obra parece reducida al ámbito de los concursos, en los que se quiere transmitir una imagen de transparencia (paradoja en marcha) y de legalidad. Pero pensado fríamente no es más que una forma de identificación como pueda ser llamarse Carmelo Mellado o Eduard Codín y, como todo, la posibilidad de una trampa siempre estará ahí mientras haya voluntad de ello. Así pues, con seudónimo o sin él, la honestidad siempre procederá del que desee ser honesto, y no del que lo haya de ser por imposición.
A mí, personalmente, la idea de publicar un libro con mi propio Julio Denis me atrae bastante, como un juego de identidades en el que la YO que todos conocen es una, y la YO que publica libros (si se diera el caso), otra distinta, aunque a la vez la misma, pero siempre de incógnito. Seguramente, la de mi seudónimo sería más yo que yo misma, con nombre y apellidos.
De esta forma, la cola de este escrito se deja morder por la boca.
Publicar bajo seudónimo: ¿ser quien no se es o ser quien se es realmente?
Interesante post, es algo que yo también me he planteado alguna vez. Me identifico con eso que dices de que, firmando con tu pseudónimo, tal vez serías más tú misma que mostrando tu verdadero nombre... Todo esto se puede aplicar al mundo de los blogs. En parte me parece absurdo no escribir (no ya en éste, sino en otros blogs que he tenido/tengo) con un nombre que no es el mío propio, pues me da un poco la impresión de que de ese modo yo (mi yo verdadero) nunca se dará a conocer. Pero es un hecho que no siempre queremos mostrarnos tal y como somos en todos los ámbitos. Y no sé si eso se podría considerar ser poco honesta (con el mundo y conmigo misma), pero si escribo aquí bajo el nombre de Violet me siento libre de decir lo que quiera, sin miedo a que alguien que no entienda/comparta lo que me gusta hacer me descubra y lea algo que pueda parecerle inadecuado (el ejemplo más claro sería el ámbito laboral, por ejemplo... no me gustaría que mi jefa pudiese tener acceso a todo lo que he escrito/escribo en la red).
ResponderEliminarPor otro lado, está el simple hecho de tener un nombre con gancho o no. Muchos artistas han modificado su nombre "público" con la intención de hacerse con uno más llamativo, más comercial. Eso ya es otra cosa y la veo bastante respetable, tal vez porque mi nombre, por ejemplo, no me suena para nada a nombre de personaje público, y se me hace raro imaginármelo escrito en la portada de un libro :)
No sé si me he explicado y además he comentado con algo de prisa, así que seguramente volveré a leer el post cuando tenga más tiempo e igual vuelvo a comentar :P
jo, qué falta de vida se respira por aquí :s
ResponderEliminarVaya :(
ResponderEliminarHola a todos,
ResponderEliminarPues es verdad, a ver si animamos un poco el cotarro. El caso es que llevo queriendo contestar al post unos días pero es que están siendo unos días de lo más movido.
Volviendo al tema de los pseudónimos, yo creo que usaría uno. Es decir, me encantaría lograr que mis libros fueran famosos y que llegaran a un montón de gente; pero yo no ansío hacerme famosa o convertirme en un personaje popular en absoluto. Siempre me ha parecido que la fama tiene un precio altísimo a nivel personal y en el ámbito familiar que yo no estaría dispuesta a pagar. Así que yo al menos no dudaría en publicar bajo pseudónimo. Además, muchas veces la gente se hace muy popular por un hecho puntual, durante un tiempo determinado, pero tiene que cargar con las desventajas de ser famoso o conocido toda su vida. A mí me parece un horror, desde luego.
Por cierto, Enrique, me empecé a leer el otro día Los pilares de la tierra. Sólo he podido leer la introducción y tres páginas de la novela, pero me acordé mucho de tí, porque el autor comentaba que había tardado tres años en escribir la novela. En fín, yo como voy a pasito de tortuga con la mía, me sentí un poco aliviada. Empecé la mía en enero, y creo que llevo una tercera parte de lo que quiero contar.
¿Os habéis leído alguno la novela? ¿Os ha gustado?
Bueno, prometo volver a entrar esta noche para volver a participar en el blog.
que tengáis una buena tarde
saludos
María
A mí los Pilares de la Tierra me encantó, me enganchó por completo y me cautivó, sobre todo el tema de las intrigas políticas y eso... está muy bien tramado. A nivel literario, aunque no lo recuerdo bien, no destacaba, ni por buenan ni por mala. El que no está gustando mucho es Un Mundo Sin fin, que es su supuesta continuación, pero a mi me parece más bien un clon con personajes nuevos. Los pilares es estupenda, creo que te gustará. Me parece que para escribirla Ken Follet estuvo no sé cuánto tiempo viajando por Europa para ver las grandes catedrales... en fin, afortunados que se lo pueden permitir jeje.
ResponderEliminarEn cuanto a la inactividad del blog, en cuanto acabe exámenes me dedicaré a bloguear, como dice Anabel, y a pasarme por diferentes blogs de gente interesada en la literatura a hacer comentarios, invitarles a pasarse por aquí... ¡A ver si aumentamos las visitas!
Un saludo a todos,
A mí sinceramente, me gusta que se me reconozca un trabajo con lo cual no soy partidario de usar pseudónimos.Con lo difícil que es entrar en este mundo y permanecer al margen.Gracias pero no. De todas formas si la editorial quiere que des a conocer tu obra, tendrás que dar la cara ( en el buen sentido de la frase) con presentación de la misma en distintas ciudades, firma de libros...
ResponderEliminarPues María, no sabes el peso que me quitas de encima porque la verdad se me hace insufrible ver como pasan los días y no avanzo nada de nada.Tengo tres libros en mente que quiero sacar adelante y no puedo por falta de tiempo¡¡¡¡¡¡¡¡ Quiero escribir!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Lo único que me consuela un poco es que me he presentado a un concurso sobre cuentos.Veremos a ver qué tal.
Saludos a tod@s
Uf, pues yo precisamente lo que peor llevo es eso de pensar en firmas de libros, presentaciones... me parece terrible, no me gusta nada. Creo que, de hecho, elijo escribir porque me permite permanecer en el anonimato en cierto modo, comunicarme con los demás a través de la palabra escrita y no de otros modos más vistosos... Pienso como María, el precio de la fama es tan grande que no podría soportarlo. No estoy dispuesta. Con esto no quiero decir que por firmar libros con tu nombre verdadero la fama te vaya a abrumar jejeje, por suerte, creo que los escritores no alcanzan tanta fama y que los que a veces rondan por el mundillo del corazón y del famoseo es porque han hecho cosas al margen de la literatura.
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