Antes de que empecéis a leer quisiera advertir que este es el post más denso que he escrito hasta ahora en el blog. Para los lectores habituales a los que no os interesa escribir, no recomiendo su lectura. En realidad, no sé si se la recomiendo a alguien porque es fruto de una intensa paranoia, pero aquí está. ¿En qué otro sitio podría poner un post como éste si no es en un blog de literatura? Espero no herir demasiado vuestra sensibilidad… :P
Quería tratar aquí acerca de un aspecto teórico y concreto de la escritura, alejarme de divagaciones, y finalmente he decidido basarme en el tiempo y la acción narrativas. Aunque este tema da (y seguramente dará) para muchos posts, hoy me conformo con hacer una aproximación que posteriormente —y siempre en función de la inspiración— se irá profundizando. No me he basado en ningún manual de narratología, sólo son apreciaciones personales que, como tales, no estarán exentas de errores e inexactitudes.
Así pues la relación entre el tiempo de la historia y la acción narrativa la contemplo desde cuatro perspectivas principales:
· - Acoplamiento lineal. En este tipo de acoplamiento la relación tiempo-acción es plena, hasta el punto de que prácticamente son una misma cosa y la una no tiene sentido sin la otra, pues se complementan. La acción se narra en estricta secuencia temporal. Es la cronología lo que marca qué suceso va a ser contado en cada momento. Lo que sucede antes se cuenta antes, lo que sucede después se cuenta después. Las novelas lineales puras serían las novelas de acción o de aventuras que van contando cada peripecia del protagonista según le va sucediendo, sin incursiones pasadas o futuras. Suelen ser textos ágiles, con muchos verbos de movimiento y pocos adjetivos.
· - Acoplamiento lineal con pequeñas incursiones temporales (breves). Se trata de una variedad del texto anterior en el que, de tanto en cuando, se incorporan frases cortas que mencionan un hecho pasado o, sobretodo, adelantan un hecho futuro. La estructura del relato sigue siendo una recta temporal, y los incisos sólo juegan un papel en la intriga y en la tensión narrativa. Por ejemplo, adelantar en una frase escueta que un personaje va a ser asesinado y dejar el asesinato en sí para más adelante, cuando realmente ocurra. De hecho, existen libros en los que este inciso se produce en las primeras páginas y no se narra el hecho en sí hasta el final del libro, cumpliendo este dato la función de ese hilo que nos va estirando del principio al fin deseando devorar el libro. Hay que ir con cuidado para no generar incoherencias con el narrador. Por ejemplo, si hemos decidido que el narrador se situará dentro del personaje principal y que sólo narraremos los hechos desde el conocimiento y el pensamiento de éste, adelantar en un inciso, por breve que sea, un hecho que el personaje desconoce es un error narrativo. Y además es un error muy habitual.
· - Acoplamiento circular o helicoidal (cable de teléfono). La jerarquía de las acciones narradas no tiene por qué venir dada por la cronología. El hecho de que una acción cobre más importancia que otra no lo marca el cuándo sucede, sino otras consideraciones que suelen ser de carácter más profundo y que con frecuencia quedan por debajo de la piel del texto, nada evidentes. Las historias circulares o helicoidales no son arbitrarias, suelen tener una clara razón para que cada acción aparezca en el momento justo en el que aparece. Aunque su ordenamiento no sea cronológico sí que tienen una estructura clara, un orden meditado y que cumple determinados objetivos. El ir adelante o atrás en el tiempo suele emplearse en ellas para explicar un porqué o un cómo. Puede aparecer un período en el que se narre una serie de acciones coincidiendo con su secuencia temporal, pero pronto aparecerá un fragmento, generalmente largo y descriptivo, que se vaya al pasado o al futuro. Este “largo y descriptivo” hace que generalmente se trate de textos pausados, con abundancia de adverbios y adjetivos, aunque esta última afirmación seguramente sea aventurarme demasiado. Existen historias de aventuras, veloces y tensas, plenamente helicoidales. Suelen ser historias en que uno de los personajes principales es una colectividad: un pueblo, un país… Una entidad sociológica que arrastra a sus espaldas una historia que seguramente merece la pena ser contada, y así mismo se dirige hacia un destino común, una esperanza futura, que también la merece. En una colectividad están sucediendo hechos constantemente y de forma simultánea, lo cual precisamente imposibilita el contarlos de forma secuencial. Mientras yo estaba aquí escribiendo este texto tú estabas en otro lugar, haciendo otras cosas, y quizá ambas sean importantes en la historia. ¿Cómo contarlas a la vez? Por ello, podríamos decir que este planteamiento narrativo es un tejido fluido, y esto hace que no encaje bien con la rigidez de la linealidad; necesita curvas, pero controladas.
· - Acoplamiento caótico. En el extremo de la relación tiempo-acción se hallarían las historias que he llamado caóticas. Se podría decir que se trata de una relación tiempo-acción nula o tendente a cero. Son aquellas novelas que parecen arbitrarias, incluso puede dar la sensación de que hubiera resultado lo mismo empezar a leer por la página x que por la página y. Con frecuencia son novelas psicológicas, de personaje, y este modo de narrar establece un paralelismo con el caos del pensamiento humano.
Tengo intención de ilustrar estas consideraciones con ejemplos textuales concretos. Sin embargo, dado que la longitud del post sería poco menos que vergonzosa, creo conveniente dejarlo para la próxima y así tener tiempo de macerarlo bien. También sería muy de agradecer, si conocéis ejemplos que cumplen estas características, que los insertarais en los comentarios.
Espero que os haya gustado el planteamiento. No dejéis de aportar vuestras consideraciones.
Como lectora habitual, a la que no le interesa la escritura, debo comentar que me ha resultado de lo más interesante y aclaratorio... personalmente sí recomiendo su lectura.
ResponderEliminar