Bueno, si os habéis pasado por aquí estos últimos dos días, habréis visto que he eliminado una entrada titulada "La cara B". Ante todo quisiera pedir disculpas por ello, en especial a tres de vosotros que habíais dejado un comentario en la misma: Míriam, Rafa y Violet. Es algo de muy mala educación eliminar una entrada que tiene comentarios, de modo que pasaré a exponer las razones de tan desagradable comportamiento.
La entrada en cuestión no sufrió ningún proceso de edición ni de meditación. La escribí porque tengo cierto problema personal y alguien me aconsejó que escribiera al respecto, de modo que se podría decir que escribí como liberación. He aquí una primera contradicción de lo que digo en el texto, donde rechazo la catarsis de la literatura de plano. Creo que escribí el texto convencida de que no podría ayudarme en absoluto con mi problema, y por eso lo generalicé a cualquier texto y afirmé que escribir no libera; de hecho, siempre he pensado lo contrario.
No es la única contradicción. Si lo medito profundamente, como intentaré hacer, es probable que no piense muchas de las cosas que dije, pues me dejé llevar al buen tuntún; yo diría que prácticamente escribí en trance. Por otra parte, el problema personal del que hablo no tiene nada que ver con la literatura a pesar de que yo lo hubiese intentado enfocar de forma literaria. Vamos, que me he metido el zapato con calzador.
No es la única contradicción. Si lo medito profundamente, como intentaré hacer, es probable que no piense muchas de las cosas que dije, pues me dejé llevar al buen tuntún; yo diría que prácticamente escribí en trance. Por otra parte, el problema personal del que hablo no tiene nada que ver con la literatura a pesar de que yo lo hubiese intentado enfocar de forma literaria. Vamos, que me he metido el zapato con calzador.
En verdad, los demonios a los que hacía referencia en el texto no son literarios, ni mucho menos. Son, como digo, algo personal (psicológico), algo que no había contado a nadie hasta hace muy poco, por lo que siento que publicando ese texto escrito a bocajarro me he traicionado a mí misma, he atentado contra mi intimidad, y me arrepiento. Guardaré el texto en la carpeta íntima de los textos extraños, de donde nunca debería haber salido.
Aunque lo haya hecho, no era mi intención generalizar en el proceso de creación de otros escritores (ni siquiera en el mío, que es tan distinto a lo que dije en la entrada). Cada cual siente y crea como sabe y como le impulsa su propia naturaleza.
Así pues, estas son mis razones que espero comprendáis.
(Nota a Violet: he guardado tu extenso comentario porque me ha parecido muy importante comentar algunas cosas interesantes y porque te debe haber llevado tu tiempo redactarlo. Siento mucho haberlo borrado del blog. Si no te importa, te mandaré un mail. Besos).
Los blogs a veces nos facilitan recursos peligrosos, pero por suerte siempre nos quedará el botón de suprimir. Eso es sólo nuestro. Saludos.
ResponderEliminar(Soy Violet)
ResponderEliminarA decir verdad, leyendo el post ya supe que los demonios a los que te referías no eran únicamente literarios... Pero como estaba todo enfocado a la literatura, quise respetar ese prisma :)
No pasa nada, has hecho bien en suprimir el post si de verdad no considerabas adecuado que ese texto permaneciera expuesto. Ya comentaremos lo que sea por email, si quieres.
Besetes!
Hace tiempo yo eliminé unas entradas de mi blog que tenían comentarios. Sé que hubo quienes se molestaron por ello y decidieron no volver a comentar, se lo tomaron seguramente como algo personal cuando no lo era en absoluto. Creo que todos tenemos derecho a eliminar páginas que quizá nunca debimos escribir, y que nadie debería sentirse molesto por ello.
ResponderEliminarSaludos