Llevo mucho entrando en el blog cada poco tiempo y entristeciéndome por verlo tan parado, pero lo cierto es que hasta ahora mismo no había logrado encontrar un momento para escribir.
En fin, ¿qué puedo decir? Hace mucho que dejé de escribir aquí con frecuencia, y ahora, además, creo que puedo añadir que mi situación se asemeja muchísimo a la de Ikima, al menos en lo que a las aspiraciones literarias se refiere.
Por supuesto que no ha sido sólo eso, de todas formas. He llevado un año frenético en el que he conseguido sacarme otro título. He tenido toneladas de exámenes, he hecho prácticas en una empresa en la que posteriormente he continuado trabajando durante mes y medio, y tras terminar en esa empresa he tenido que embarcarme en mi primer trabajo como freelance. Entre unas cosas y otras no he tenido más vacaciones que Semana Santa, y ahora mismo es la primera vez en todo el año, al margen de fines de semana, que puedo pararme a descansar. Con todo esto quiero decir que no es extraño que haya prestado poca o nula atención al tema literario.
El año, en realidad, comenzó bien en ese aspecto. Colaboré en la antología Aenigma Veneris y en enero gané mi primer concurso, pequeñito pero no por ello menos importante. También he colaborado en otra antología, Libido Máxima, de Albis Ebooks con un cuento que escribí hace tiempo, y ahora tengo un relato corto a medias y algún que otro proyecto a medio concretar, pero de todas formas no puedo negar que últimamente escribir no ha estado entre mis prioridades. No sé si es decepción, cansancio, apatía o simplemente la necesidad de hacer un paréntesis, pero no me veo capaz ahora mismo de centrar grandes esfuerzos en crear una obra larga, o en buscar concursos y más concursos a los que presentarme y esperar a que vuelva a sonar la flauta.
De todas formas, tengo que decir también que me está sucediendo lo que explicaba Ikima en el último post: puede que yo haya decidido, sosegadamente, dejar las aspiraciones literarias a un lado por el momento, pero eso no quiere decir que no haya personajes no-creados hablándome y tratando de llamar mi atención. Me alegra que así sea, ya que no me gustaría que el motivo principal de mi apatía literaria se debiese a la total sequía de ideas. Me gusta que estén ahí, y ahí quiero que permanezcan hasta que llegue el momento de reencontrarnos, pero eso no será ahora.
No digo nada de esto con amargura. Ha sido muy importante para mí obtener otro título y aprender una forma de ganarme la vida muy distinta a la que estaba acostumbrada y que, además, me apasiona y está tan cerca del mundo editorial. No me duele que todo esto haya supuesto un alejamiento del papel de escritora. También he vuelto a ser lectora, lectora de verdad, de las que lee y disfruta con la obra que tiene delante, y que no se preocupa de diseccionar nada ni de preguntarse si sería capaz de escribir algo así de bueno. Creo que era algo que echaba de menos.
Por ahora nada más. No sé cuándo volveré a escribir. En cualquier caso, espero que paséis un feliz agosto :)